El helicobacter pylori es
una bacteria que se encuentra comunmente en el estómago y está
presente en arpoximadamente la mitad de la población mundial.
La gran mayoría de
personas infectadas por esta bacteria no tienen síntomas y
nunca va a tener problemas; sin embargo, el helicobacter puede
producir una serie de trastornos digestivos de distinta gravedad,
incluido úlceras y muy raramente cáncer. No está
claro por qué algunas personas con infección pueden
desarrollar estos problemas y otras no.
¿Cómo se contagia?
H pylori probablemente se
propaga por consumir agua o alimentos contaminados con materia fecal.
Esta bacteria causa cambios en el estómago y duodeno ( primera
porción del intestino), infectando el tejido de protección
que recubre el estómago, y dando lugar a la activación
del sistema inmune como respuesta a la infección, de este modo
se dañan las células del estómago o duodeno y se
produce una inflamación crónica del estómago:
gastritis o del duodeno ( duodenitis).
¿Qué síntomas
produce?
Muchas personas con gastritis o
duodenitis no tienen síntomas, si el helicobacter produce una
úlcera el paciente puede notar:
- dolor o disconfort en la parte alta del abdomen.
- gases
- saciedad aún habiendo comido pequeñas cantidades de alimentos.
- falta de apetito.
- nauseas o vómitos.
- heces oscuras ( puede indicar que la úlcera ha sangrado).
Como se ha comentado
anteriormente es bastante improbable que la infección crónica
por helicobacter produzca cáncer , pero cómo hay una
gran parte de la población mundial afectada es lógico
que este aspecto se tenga en cuenta a la hora del diagnóstico
y tratamiento de los problemas digestivos.
¿Cómo se diagnostica?
Hay diferentes procesos
diagnósticos, el más utilizado en nuestro medio es el
“test del aliento” (también conocido como test de
la urea), consiste en ingerir una solución que contiene una
sustancia que es desglosada por la bacteria en otros productos que
luego se detectan en el aliento.
¿Quién debe hacerse la
prueba?
Las personas que tengan
síntomas que hagan sospechar que pueda padecer una ulcera o
gastritis (como los que enunciabamos arriba); aunque hay que resaltar
que el helicobacter no es la única causa de ulcera o
gastritis, hay algunas medicaciones como los antiinflamtorios que
también pueden ocasionar estos problemas.
Si la persona está
asintomática no es necesario hacer ningún test, salvo
que haya historia familiar de cáncer de estómago o se
pertenezca a poblaciones de alto riesgo como chinos, coreanos o
japoneses.
¿Quién debe tratarse?
En las personas con antecedentes de de
úlcera y gastritis, el tratamiento puede ayudar a que la
úlcera cure, prevenir recurrencias y reducir el riesgo de
complicaciones ( como por ejemplo el sangrado).
Normalmente el
tratamiento se realiza con varios fármacos durante un periodo
de 7 a 14 días; estos medicamentos incluyen: un inhibidor de
la bomba de protones ( protector gástrico tipo omeprazol,
lansoprazol, esomeprazol etc) y dos tipos de antibióticos.
El tratamiento puede
curar la infección hasta en un 90% de pacientes, para que sea
efectivo es importante tomar la medicación completa.
¿Tiene el tratamiento efectos
secundarios?
Si, casi la mitad de los
pacientes pueden tener efectos adversos, ( los más frecuentes
diarrea o calambres de estómago) pero que solo obligan a
interrumpir el tratamiento en un pequeño porcentaje. Algunos
regímenes terapéuticos incluyen metronidazol o
claritromicina que pueden producir un sabor metálico en la
boca: Se deben evitar las bebidas alcohólicas si se toma
metronidazol ya que puede dar lugar a reacciones consistentes en
enrojecimiento facial, dolor de cabeza, nauseas , vómitos,
sudor y taquicardia.
Fallos del tratamiento
Hasta un 20% de los
pacientes pueden no curarse tras el tratamiento, en estos casos se
recomienda un segundo régimen, normalmente más largo y
cambiando al menos uno de los antibióticos que tomó la
primera vez.
Cuando se haya completado el
tratamiento hay que repetir el test del aliento para asegurar que la
infección ha desaparecido.
¿Puedo volver a infectarme?
La tasa de reinfección en
nuestro país una vez erradicada la bacteria es muy baja, por
lo que no es necesario hacer controles posteriores.
Eva María Fagundo Becerra
Médico de Familia.
Eva María Fagundo Becerra
Médico de Familia.
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